Lo fantástico de lo real

Perfil de Raúl González Tuñón.

Es preciso que nos entendamos.
Yo hablo de algo seguro y de algo posible.
Seguro es que todos coman
y vivan dignamente
y es posible saber algún día
muchas cosas que hoy ignoramos.
Entonces, es necesario que esto cambie
Raúl González Tuñon (La luna con gatillo)

Para comprender la historia y el presente de la literatura popular argentina es preciso conocer la obra de sus autores fundamentales, pero ello no es suficiente, para advertirla también es necesario observar el contexto en que estos vivieron se forjaron y escribieron.

Poeta de Buenos Aires.
Raúl González Tuñón quizás sea uno de los escritores argentinos más polémicos y a la vez olvidados del siglo XX. Pero sin duda es uno de los más porteños, uno de los más internacionalistas.
Nació el 29 de marzo de 1905 en el seno de una familia de clase obrera, se crió en el barrio de Once. Durante su adolescencia pudo recorrer gran parte del país. Más tarde recorrería el mundo.
Sus comienzos en la poesía fueron casi simultáneos con sus inicios en el periodismo. Publicó su primer trabajo en Caras y Caretas, luego en 1925 formó parte del sensacionalista Diario Crítica a la vez que en 1926 publica su primer libro: El violín del diablo. Colaboró en la Revista ElLa Nación y Clarín. Formó parte de las publicaciones literarias de las vanguardias del la década del 20 como Inicial y Proa. Hogar, El Mundo Argentino y en los diarios
Sus libros eran protagonizadas por aquellos personajes del arrabal porteño de las primeras décadas del siglo XX, los suburbios eran los escenarios elegidos, los explotados y excluidos los personajes. Esto marcó una tendencia en la literatura de la época. Sin duda fue un vanguardista.
Durante ese período también participaba de la revista Martín Fierro del grupo literario de Florida, quienes polemizaban con el grupo de Boedo. Esto no le impidió acercarse con posterioridad a estos últimos. Este acercamiento marcaría definitivamente su producción literaria; si bien nunca fue ajeno a las problemáticas sociales, en la década del 30 encontraremos al Tuñón militante. Este cambio simbolizó la maduración política que definiría su carrera.

Materialista lírico.
En 1933 funda la revista Contra y publica “Las Brigadas de choque” una poesía combativa que realiza una profunda crítica del sistema capitalista donde reclama la “actitud revolucionaria frente a la vida”. El gobierno dictatorial de Agustín P. Justo lo detiene y condena a dos años de prisión por “Incitación a la rebelión” pero una extendida campaña internacional de repudio logra su liberación. Lo que vendría después sería el exilio Brasil y luego en Europa.
En esta época de maduración poética Tuñon va a pasar a ser un cronista de las miserias capitalistas y de las luchas obreras, su producción literaria iría en ese rumbo.
En 1936 publica La rosa blindada, inspirado en un levantamiento obrero en Asturias. La fuerza de su convicción política lo llevó a integrar las filas republicanas durante de la guerra civil española. En Madrid, más precisamente en medio de los bombardeos del franquismo escribía para el periódico republicano Nueva España:
Porque sucede que la guerra trae consigo a la revolución y lo único que quedará de esta casa será la Biblioteca (…)” Para entonces ya estaba afiliado al Partido Comunista Argentino y formaría parte del estalinismo español. Si bien es cierto que siempre mantuvo una distancia sana de la burocracia estalinista también brindó su apoyo a Victorio Codovilla –Dirigente del PC Español- quien colaboró con las liquidaciones de combatientes anarquistas y del POUM. Por otro lado en 1940 escribió alabanzas a los asesinos de León Trotsky. Es cierto que nunca abdicó su filiación estalinista.
Existe una gran diferencia entre el Tuñón de “La rosa blindada” al de la guerra civil española.
Pero a pesar de ello las relaciones de Tuñón con la dirigencia central del partido siempre fueron tensas ya que su lírica no respondía a ese acartonado realismo soviético impuesto por Moscú. Su sensibilidad fue cuestionada por el aparato estalinista y esta se mantuvo en estado latente. Las críticas le llovían de izquierda y de derecha. Además de lidiar con el PC también debía luchar contra los “dueños” de las industrias culturales que lo despreciaban por caracterizarlo de “panfletario”.

El realista romántico.
Así se definía él, su búsqueda fue conciliar lo real y lo romántico, lo sentimental en la praxis.
Durante los años 40 viaja a Chile y colabora con Pablo Neruda a quien había conocido en su estadía en España. Durante esta década su producción literaria disminuye en cantidad y lirismo.
Regresa al país en 1946, en 1948 se incorpora al por entonces joven diario Clarín.
Durante los años 50 retorna a las temáticas y formas de los años 20 y vuelve a su período más prolífico. Ya en esta época se encuentra decididamente enfrentado a la estructura cultural del PC argentino. En contraposición se acerca al maoísmo y a la revolución cubana. En la década posterior respalda a jóvenes escritores como Juan Gelman entre otros.
Un grupo de poetas, entre los cuales estaba el mismo Gelman, forman en esos años el grupo literario El pan duro. Estos reivindicarían la maravillosa producción artística del poeta.

El legado.
Raúl González Tuñón, fue uno de los escritores más importantes en la cultura argentina de los años '50 y '60, su poesía urbana y plebeya marcó un modo intimista real y mágico la literatura argentina. Nos describió ese mundo de arrabales, rincones y sentimientos. Fue un hombre de su época, comprometido con la realidad y con su tiempo. Podemos decir por ello que fue un artista completo, un escritor que nunca divorció su conciencia con su actividad artística, aunque eso le haya valido la falta de espacio en la agenda cultural de su época y en la actualidad. Durante 2005 el Gobierno Nacional le realizó varios homenajes debido al centenario de su nacimiento y en ellos tuvo un gran problema: el de reivindicar su obra literaria tratando de divorciarlo de su programa político. El resultado fue obvio, les ha resultado imposible efectuar dicho divorcio, hecho que demuestra de modo tajante la trascendencia política de su prosa.
Fue un poeta maldito de esos que supo tener Buenos Aires, esos de los que esta cuidad le confió sus miserias y secretos y que no han querido guardarlos en el anonimato contándolos en tono coloquial y confidente.
Raúl González Tuñón falleció el 14 de agosto de 1974 pero nos ha dejado un legado de obreros, marineros, prostitutas, revolución y esperanza, de fuerza:

Corto sueño y larga andanza
en constante despedida.
Todo nos falta en la vida.
Todo, menos la esperanza
(1941)

… y dejando el cuerpo en cada verso para forjar, con los pies en la luna, un mágico mundo real y palpable para todos:

"Subiré al cielo,
le pondré un gatillo a la luna
y desde arriba fusilaré al mundo,
suavemente,
para que esto cambie de una vez"
Raúl González Tuñón (La luna con gatillo) 1933

Fuentes:
González Tuñón, Raúl: Las brigadas de choque.
http://www.nodo50.org/haydeesantamaria

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