La televisión está en el peor momento de su historia (por Carlos Mangone)

Hoy la televisión argentina está en el peor momento de su historia por la tendencia a la máxima rentabilidad que la lleva a ensayar poco, a innovar poco y a experimentar aún menos y eso sucede cuando estamos en condiciones de tener muchos más medios, más pluralidad, más pluralismo y mayor creatividad porque hay recursos humanos y facilidades tecnológicas, lo que significa que como están dadas las condiciones para ser mucho mejores y estamos bastante mal, estamos doblemente mal.
En el país hay 50 mil estudiantes de periodismo y diseñadores, de artes audiovisuales, teatristas y 10 mil estudiantes de cine pero no hay política federal de comunicación, no hay diversidad genérica, diversidad estética, ni pluralismo ideológico.
Esto pasa por la concentración empresarial de los multimedia que genera una oferta mucho más limitada que hace 20 años y de baja calidad porque es autoreferencial, monotemática y está concentrada y a partir de ese lugar no se puede construir un gusto estético o juicio crítico porque si se consume o se hace siempre lo mismo, allí está una de las definiciones de la alienación. Desde el punto de vista de la construcción del gusto y del desarrollo es apabullante porque de 19 a 23 en los cinco canales hay casi la misma programación todos los días y eso es como si comieras todos los días la misma comida.
La TV instala la idea de moderación, de familia, de pacto social, de armonía de clases, pero también el estereotipo, la discriminación, el machismo, la homofobia.
Todo eso que en los 70 se denunciaba porque era como una suerte de práctica del intelectual para ver cómo se tergiversaba o editaba la realidad, hoy ocurre mucho más y se lo menciona mucho menos porque vivimos en una etapa en donde es difícil construir un discurso alternativo al dominante y porque hay una mayor influencia del sistema de medios sobre la actividad académica y el académico o se transforma en un francotirador de poco desarrollo en los medios o en un “todólogo” que los medios convocan y que para ser invitado reiteradamente va a tener que ser complaciente.
Para enfrentar esta situación se hacen cosas, hay grupos alternativos y televisoras comunitarias, pero así como pasa con la escuela, la familia y el trabajo, los medios tampoco pueden construir su propia superación autocrítica, porque ninguno de estos grupos puede generar una visión estratégica y total si no se inscriben en un contexto político o político-cultural.
Hoy hay demasiada tendencia autonomista por la crisis de la vanguardia política y porque hay una ilusión de autonomía debido a que el espacio profesional es más masivo, pero eso termina siendo una especie de experimentación, algo lúdico o una profesionalización como cualquier otra que acaba por ir a buscar el subsidio al municipio o a la iglesia.
Una de las definiciones de lo alternativo, que siempre va cambiando, es que cuando se ejerce una práctica alternativa no es sólo eso y en ese sentido puede haber un paso intermedio con el desarrollo de algunos medios secundariamente antagónicos con lo oficial que surjan en las cooperativas, las universidades, los gremios, porque aunque sus conducciones sean en su mayoría burocráticas, allí aparecerían otras voces y otras contradicciones que disputarían el espacio y llevarían a elevar el nivel y, por eso, es que el estado no abre otros canales.
En ese sentido es emblemática la situación de Encuentro que aspira a ser un canal abierto pero que no tiene un vínculo televisivo con el espectador, no tiene noticiero ni programas en vivo para no discutir una política televisiva porque sabe que si abre el juego generará una discusión pero ¿acaso el gobierno va a discutir la política comunicacional con las organizaciones sociales?
Toda esta situación se da en un momento del país en que el doble discurso está más fuerte que nunca y eso se nota en hechos como que la Argentina es el único país del mundo donde un oligopolio como Clarín habla de mercado abierto y un diario habla de los derechos sindicales pero no permite una comisión interna en su seno.

http://revistadevenir.blogspot.com/2009/02/la-tv-acata.html

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